Secuestro revela creciente poder de pandillas en Haití; “las pandillas controlan un 40% de Puerto Príncipe”
“Expertos estiman que
en parte, la delincuencia desenfrenada se debe a la pobreza extrema que afecta
al país. Un 60% de la población subsiste con menos de 2 dólares al día, y
millones de personas sufren hambre. Dicen que parte de la culpa la tiene Arístides,
quien al regresar al poder en 1994, dicen, disolvió al ejército y armó a los
barrios, donde él tenía influencia como cura católico”.
AP
Puerto Príncipe
El video muestra a una fila de más de 30 hombres parados
frente a las ruinas de un edificio, todos callados y cabizbajos. Un hombre
camina entre ellos mientras bebe de una pequeña botella. Se escucha a alguien
gritar: “¡Habrá lío en Puerto Príncipe!”
Cerca de allí se ven fusiles de asalto apoyados contra una
pared, frente a un montón de pistolas en el suelo. Hay dos barriles llenos de
balas.
Los hombres parecen ser nuevos reclutas de una de las
pandillas callejeras más infames de Haití, y el video parece ser su ceremonia
de inducción al mundo del hampa que esta dominando hoy en día a la nación más
pobre del Hemisferio Occidental.
El video tiene las leyendas “400 Mawozo” y “400 Inútiles”,
referencias de la pandilla que, según autoridades, es responsable de gran
cantidad de muertes y secuestros, incluyendo el secuestro de 17 misioneros
extranjeros en días recientes.
El video parece ser una forma en que la pandilla se está
ufanando de su poder, en una época en que aumenta el poder y la impunidad de
esas bandas en Haití. Es un plagio que amenaza con desgarrar a la sociedad y
asfixiar a la anémica economía del país.
“La situación está fuera de control”, estimó James Boyard,
profesor de ciencias políticas de la Universidad Estatal de Haití quien, como
otros expertos, atribuye el fenómeno a empresarios y dirigentes políticos que
financiaron las pandillas. “Les dieron demasiado poder, y ahora están
aterrados. No sabían que las cosas se descontrolarían como lo han hecho”.
Las pandillas controlan un 40% de Puerto Príncipe, una
ciudad de más de 2,8 millones de habitantes donde las pandillas pelean por
territorio todos los días. La calle que pertenecía a una pandilla un día,
podría pertenecer a la otra al día siguiente. Dos cabecillas que se atacan a
tiros un día podrían crear una efímera alianza para luchar contra un tercero,
hasta que renueven su enemistad.
Hay una enorme cantidad de nombres de pandillas -- Krache
Difé, Torcel, Baz Pilot, 5 Secondes -- pero los expertos calculan que hay sólo
30 afianzadas en la capital y sus alrededores. Se estima que la más poderosa es
“G9 Familia y Aliados”, dirigida por Jimmy Cherizier, un expolicía.
La violencia pandillera sube y baja, dependiendo de la
situación, política o económica o, en su momento, la presencia de fuerzas de
paz de la ONU. Actualmente, el país sigue estremecido por el asesinato del
presidente Jovenel Moïse el 7 de julio y un sismo en agosto que mató a más de
2.200 personas.
Esos dos sucesos frenaron temporalmente la actividad
pandillera, pero en semanas recientes han aumentado los secuestros. Un total de
328 secuestros fueron reportados a la Policía Nacional de Haití en los primeros
ocho meses del 2021, comparado con 234 para todo el 2020, según la Oficina de
las Naciones Unidas para Haití.
El poder de las pandillas es más evidente en Martissant, el
vecindario que vincula a Puerto Príncipe con el sur del país y donde tres
bandas se pelean por el poder. La violencia en esa localidad es tal que los
habitantes toman desvíos de horas para evitarla, según el periódico local Le
Nouvelliste.
En Martissant, el cuartel policial está cosido a balazos y
hombres sin camisa y encapuchados montan guardia desde detrás de carros
chamuscados.
En julio, una pandilla disparó contra una ambulancia,
matando a una enfermera. El mes siguiente, la violencia obligó a la
organización Médicos sin Fronteras a cerrar su clínica en Martissant. Un sábado
reciente, la policía intentó entrar con vehículos blindados y pronto fue objeto
de disparos. Un civil muerto estuvo tirado en el suelo el resto del día.
Hasta hace poco, las peleas eran entre pandillas y a veces
había civiles atrapados en el fuego cruzado. Pero en noviembre del 2018, más de
70 personas murieron en La Saline, un barrio paupérrimo de Puerto Príncipe
actualmente bajo dominio de la pandilla G9, cuyo líder fue implicado en la
masacre.
“Hubo represalias y más represalias... hasta que empezaron a
atacar a civiles y ahora no distinguen entre pandilleros y civiles”, relató un
funcionario internacional que pidió permanecer en el anonimato.
Y lo mismo ocurre con los secuestros, que han tenido como
víctimas a un vendedor de salchichas, niños escolares, curas y empresarios
acaudalados.
Expertos estiman que en parte, la delincuencia desenfrenada
se debe a la pobreza extrema que afecta al país. Un 60% de la población
subsiste con menos de 2 dólares al día, y millones de personas sufren hambre.
“Las pandillas para mucha gente ofrecen una salida a toda
esta situación, quizás la única salida”, indicó Boyard.
El producto interno bruto de Haití bajó a -3.3% el año
pasado, su mayor caída desde la de -5,7% tras el devastador terremoto del 2010.
La moneda nacional ha perdido el 50% de su valor y la inflación supera el 10%,
señala el economista haitiano Enomy Germain.
La situación es comparable a la que siguió al golpe de
Estado de 1991 que derrocó al presidente Jean-Bertrand Aristide, afirmó
Germain.
Expertos dicen que parte de la culpa la tiene Aristide,
quien al regresar al poder en 1994, dicen, disolvió al ejército y armó a los
barrios, donde él tenía influencia como cura católico.
Muchos de los pandilleros nuevos no tienen más que 6 ó 7
años de edad y ya son capos cuando llegan a la adolescencia. Son pocos los que
llegan a los 30 años de edad. Los pandilleros suelen referirse a sí mismos como
“soldados”. Uno, que se identificó sólo como James, afirmó que trabaja como
mecánico y se incorporó a la pandilla Baz Pilat “para proteger al gueto de los
enemigos que quieren entrar para robar, matar y violar”.
Las pandillas además asfixian a la economía al bloquear la
distribución de gas y las vías de transporte, lo que entorpece el transporte de
productos y servicios por el país. Muchas gasolineras pasan días cerradas.
“Vivo en un país caótico”, expresó Delmy Belmon, de 44 años,
gerente de una ferretería. Afirmó que sus hijos de 9 y 12 años de edad no
pueden ni siquiera salir a jugar.
“Cuando están dentro del carro miran para la derecha, para
la izquierda, y cuando ven que se acerca una moto yo veo que están aterrados”,
expresó Belmon.
La violencia probablemente empeorará ahora que se acercan
las elecciones presidenciales y legislativas del año próximo. Los partidos
políticos suelen financiar a las pandillas a cambio de apoyo, aseveró el
funcionario internacional.
“Toda pandilla está dispuesta a venderse, a negociar”,
aseveró el funcionario.
Haití tiene apenas 9.000 policías, una fracción de la
cantidad necesaria para mantener la paz en un país de más de 11 millones de
habitantes.
Son muchos más los pandilleros y sus armas. Meses atrás,
mataron a por lo menos cuatro policías e hirieron a otros durante un fallido
operativo policial en la barriada pobre Village de Dieu.
Días después, la policía marchó por las calles, exigiendo la
devolución de los restos de sus camaradas. Pertenecen a una agrupación de
policías descontentos llamada Fantom 509, que ha sido acusada de asesinatos,
incendios e incluso de irrumpir en una cárcel para liberar a camaradas.
Algunos oficiales de la Policía Nacional de Haití tienen
vínculos con las pandillas, explicó Boyard. “Los apoyan, les dicen cómo
moverse, cuándo salir, cuándo entrar”, agregó.
Entretanto André Apaid, empresario haitiano, dueño de una
empresa textilera, se negó a decir si le ha dado dinero a las pandillas o no,
pero enfatizó: “Las empresas tienen que coexistir con estructuras criminales y
violentas para poder sobrevivir”.
La actividad pandillera “es como un veneno para la
economía”, afirmó Germain.
“No podemos hablar de recuperación económica si no tenemos
seguridad, si cada día secuestran gente, secuestran camiones, si las empresas
no pueden hacer negocios libremente”, añadió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario